
Pintada de robledos y encinares
Como una metáfora de la naturaleza cercana pintada con robledos y encinares, esta piscina rectangular de proporciones clásicas evoca los estanques y los cielos que dan azul al entorno. La gran playa y la escalera que la coronan conectan los dos niveles donde reposa apoyada en un bello muro de piedra seca para adaptarse a la orografía del jardín. Los porcelánicos de gran formato color arena dialogan con el césped natural y celebran la vida al aire libre. La depuración del agua está totalmente automatizada y la piscina disfruta de una iluminación singular para cada zona que añade magia al espacio exterior cuando el sol se oculta.
Diseño: Piscinas del Vallés