El cielo refleja su color azul cambiante en las preciosas teselas de estilo balinés que cubren el vaso de esta imponente piscina. El porcelánico gris que la rodea remite a la piedra caliza de la fachada de la vivienda interrumpida por el césped artificial que contrasta con la secuencia cromática y crea una sinfonía de verdes y grises. El rectángulo se pierde en el infinito del paisaje mediante un puente imaginario de guijarros blancos. Todo es sobriedad y perfección. La elegante escalera con bancos integrados invita sutilmente a entrar en contacto con el agua. La excelente calidad de esta está garantizada por el sistema de filtración y desinfección que es automático, sostenible y silencioso.
Piscina diseñada por Piscines Vallès.